Su imagen era más incómoda que mirar fijamente al Sol. Cada vez que la encontraba el silencio entre nosotras gritaba fuerte y claro.
No volví a escuchar su voz después del "nunca más me hables, gracias por echarlo a perder".
Ojalá todo hubiera sido diferente desde el primer día, no hubiera tenido que estrangularla.
woow! corta pero poderosa!
ResponderEliminarme gusta :D
¡Oh deous! es como el fragmento del diario de una asesina ¡soy tu fan Jo!
ResponderEliminarMe recordo al minucuento de :
ResponderEliminar"Sonó por la radio el Cascanueces de Tchaikovsky; lo reconocí porque mi madre lo ponía en el tocadiscos cuando era niño. Confieso que un atisbo de ternura me hizo sonreír, pero seguí apuñalándola."
Pero mejor :)